Escrito por Asun 

Después de una larga interrupción de actividades a causa de la Covid, reiniciamos nuestras excursiones de forma oficial, es decir, comunicación a los socios y pegada de carteles.

Salimos de la plaza dels Països Catalans. Somos 26 adultos y tres niños. Puri, Pilar, Roser y Jaume han preparado esta bonita ruta.
Vamos en coche hasta la urbanización Can Vidal, saliendo de La Palma, desvío a la derecha. Nos dirigimos a la parte superior de la urbanización y dejamos los coches. Iniciamos la caminada bajando por una calle hasta la valla donde hay una puerta y la indicación hacia Cervelló. Seguimos ese sendero que va por el límite del bosque de Can Romagosa y rodeando el polígono de Cervelló subimos monte a través. Seguimos la pista hasta llegar a un olivar y luego lo dejamos por un atajo creado ex profeso para esquivar unas colmenas que hay en el camino un poco más arriba.

Salimos del bosque a una pista ancha que queda debajo de Can Paulet y la seguimos hasta llegar a una calle asfaltada de una urbanización que queda por encima del cementerio.

Pasada la urbanización sigue una pista de tierra bastante ancha y pronto encontramos varias barracas de viña, de planta cuadrada, algunas aprovechando el desmonte y los bancales de los viñedos. Parecen auténticas pirámides truncadas.

El camino transcurre por la ladera de la denominada Penya Roja, topónimo sin ningún misterio viendo el lugar. Después de un ligero desvío a la izquierda y Les Rovires enfrente, llegamos al Mirador de Cervelló. Oteamos el horizonte ya que tenemos la suerte de tener un día claro. Abajo Cervelló y Vallirana. El mar al fondo. Desayunamos y algunos fueron a inspeccionar una pequeña dolina que quedaba a los pies.

Regresamos parcialmente por el mismo camino de la ida hasta entrar en la parte baja de Can Paulet. Allí podemos visitar la fuente y después de otro tramo de bosque llegamos a los coches.